Las rutinas de pensamiento son simples estructuras de preguntas o secuencias de pasos que se pueden realizar de manera individual o en grupo. Podemos incorporar nuevas rutinas que ayuden a los estudiantes a activar diferentes tipos de pensamiento, según se necesite.
Las rutinas de pensamiento forman parte de un método de enseñanza que hace el proceso de pensamiento más visible, fácil de seguir y recordar.
Además, ayudan a ordenar las ideas y los conocimientos con múltiples utilidades: organizar opiniones, designar grupos, jerarquizar los pensamientos y adaptar el estudio o el repaso para dar mayor prioridad a los conocimientos que peor se manejan.
El desarrollo del pensamiento crítico y autónomo requiere tiempo y práctica, por lo que es importante entregar estrategias para alcanzarlo desde la infancia.
Se pueden aplicar antes de introducir un nuevo tema (VEO_PIENSO_ME PREGUNTO), durante el trabajo en el aula (COMPARAR Y CONTRASTAR LAS PARTES Y EL TODO), y al finalizar el trabajo (ESCALERA DE METACOGNICIÓN).
Si queremos activar el pensamiento científico se puede aplicar la rutina: EXPLICA-APOYA- CUESTIONA que consiste en ofrecer una explicación o interpretación de lo que se ha observado, después se presenta las pruebas que apoyan su explicación o conclusión, y se termina planteado preguntas que cuestionan la certeza de la idea expuesta.
Para descubrir conceptos se puede optar por la rutina: VEO-PIENSO-ME PREGUNTO que consiste en en observar el objeto o fenómeno que se presenta, intentar interpretarlo y relacionarlo con los conocimientos con los que el estudiante ya cuenta. Para terminar, formularán preguntas a partir de las dudas que les hayan surgido.
En el caso de que la intensión pedagógica sea sistematizar y organizar las ideas, te sugiero la rutina: ORDENA-GENERA-RELACIONA-ELABORA, que es ideal para organizar el andar del trabajo en el aula enfrentando a los estudiantes con todos el trabajo realizado hasta momento y que ellos generen una lista de ideas iniciales sobre el tema que se está trabajando, ordenen estas ideas, seleccionando las centrales y las tangenciales, después, relacionar con líneas los conceptos que tengan algo en común, y por último, continuar desglosando cada idea.
Si pretendemos estimular conocimientos previos y conectarlos con nuevas ideas, será conveniente aplicar la rutina: PUENTE 3-2-1 que consiste en que se escribir tres ideas que ya se sepa sobre que va a trabajar, dos preguntas que se les ocurran y una metáfora o analogía. Una vez explicado el concepto y realizadas algunas actividades, volverán a rellenar la misma estructura con lo que ya han aprendido.
Para organizar el conocimiento, recomiendo la rutina EL SEMÁFORO que resulta útil para organizar las ideas y los contenidos. En color verde se asentará todo aquello que no suponga un problema. En amarillo irá todo el contenido que se conozca más o menos bien, pero que genere dudas en algunas ocasiones y que deba reforzarse para que pueda pasar a verde, y en color rojo, se situará todo aquello que no se sepa o esté pendiente de aprender. De esta manera se puede tener una mejor percepción de los propios conocimientos.
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